viernes, 15 de abril de 2016

Un despertar a lo que somos.


LA PALABRA luminosa es un despertar a lo que somos.

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La belleza es un sendero de verdad construida con mentiras.

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Todo lo que podamos nombrar no existe. Sólo lo innombrable es lo esencial.

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El poema debe aspirar al silencio que antecede al silencio, eso es todo. El ritmo en la poesía es una forma de hacer presente el tiempo. Provoca una expectación incitante, que acumula únicamente la memoria de lo escuchado. Es un ir hacia algo, un desvanecerse de la realidad hacia no se sabe dónde. El poema grandioso es el que transforma su ritmo en el ritmo especular del ser del lector.