martes, 26 de mayo de 2015

"LA ARMONÍA invisible es mayor que la armonía visible", dijo Heráclito. En las aguas el cuerpo deja de tener dimensión. ¿Lo sabes tú, conoces esto que te digo? Sí, el cuerpo deja de poseer sus dimensiones y quedamos tan solo en la concordia del corazón en el agua. 

Boecio, en unos versos prodigiosos, cargado de ritmos léxico y de pensamiento, más allá del tácito chirrido de la fonética, viene a decirnos en la Consolación de la filosofía:

No hay orden establecido duradero
más que el que une su principio con su fin
y lo convierte en un círculo inmutable.

Heráclito en Boecio, Boecio sumergido en la idea de Heráclito. Boecio combina la prosa y la poesía, 
-la más alta expresión en palabras de María Zambrano quien ensalzaba Vita Nuova de Dante como el gran texto del italiano-, de forma maravillosa. Leemos la siguiente: "Medita, pues, si los hombres pueden alcanzar el objetivo que buscan por los medios con que pretenden conseguir la felicidad".
En eso estoy reflexionando, en los medios con que proseguir el camino, el camino de voces que inundan el sendero boscoso de esta vida.