lunes, 8 de diciembre de 2014

LA LECTURA  es búsqueda y cuando en ella me encuentro con lo que no aporta nada al itinerario, lo abandono. Cada vez leo más lo mismo y menos lo distinto. No me interesa lo nuevo, menos aún los que desean preponderar ellos mismos por encima de la obra. 
Hoy, por ejemplo, abrí el libro de Gutierre de Cetina y volvió la fascinación: música, armonía, trascendencia, misterio y revelación.  
Descreo de los que dicen debes conocer a tus contemporáneos para saber lo que se hace ahora; no quiero saber lo que se hace ahora. 
En poesía el ahora es el lugar de aparición de lo permanente y eterno.