sábado, 19 de julio de 2014

PENSABA que la banalidad no permitía apreciar la eternidad, pero ahora pienso que la eternidad tampoco deja fructificar en lo eventual que la forma. Quizás existan varias estancias que nos perforan la consciencia y nos aturden en el entendimiento del devenir, mas incluyo, en estas semanas, otro estadio, una suerte de purgatorio, demediado, limítrofe, neblinoso, en que suceden una y otra temporalidad y que transforma y renueva. Todo en él ocurre en el silencio de la soledad, nada conmueve al sentir, todo es aséptico para el espíritu.