domingo, 20 de octubre de 2013

LLEVO unas semanas reflexionando sobre el tópico de la consolatio. La consolación es el encuentro entre el dolor y la razón. Todos los que han trabajado con este concepto en sus obras han intentado establecer una división entre este mundo y otros mundos. La tierra, por ende, es el destierro; el destino verdadero y puro está en otro lugar o quizás es utopía y solo reside en la misma idea.

Así la emoción del infinito –que es el razonamiento de esa utopía- no puede expresarse sino después, cuando ya no se siente. Ante la imposibilidad de comprender lo que no se muestra ni desvela, el poeta necesita sobrevivir, subsistir en la sabiduría que interpreta y rememora esa realidad nonata.

El poema, entonces, es un intento de relatar el encuentro entre la razón y el dolor, la razón luminosa y el dolor connatural del mortal que sabe de su condición.