martes, 16 de abril de 2013

LEO. Lector omnívoro de Platón. El banquete o del amor: leo y pienso: creación límpida en mí mismo. Apuntes en el cuaderno, renglones colmados de vida que reducen mi tarea de escribir a mera repetición. la lectura de Platón anula mi sintaxis. 
Son tan potentes los diálogos, tan bellamente ofrecidos que achican y establecen la verdadera altura de lo que uno hace diariamente. Tan solo contemplar, desde la quietud polifónica, desde el movimiento del espíritu y conmoverme y tranformarme en la materia de la belleza, de la poesía que es belleza para mí:    

"La causa es que nuestra primitiva naturaleza era una y que nosotros éramos un todo completo. Se da el nombre de amor  al deseo de volver a recobrar aquel antiguo deseo". 


"A la verdad, Agatón, es a la que no es posible resistirse". 

"el que ama lo bello, ¿qué es lo que ama? -Poseerlo, respondí".


" Prque la posesión de las cosas buenas hace dichosos a los seres y ya no hay necesidad de pregunyar por qué el que quiere ser dichoso quiere serlo"



"belleza eterna, increada, e imperecedera, exenta de incremento y de disminución, belleza que no es bella en tal arte y fea en otra, [...]que existe eterna y absolutamente por ella misma y en ella misma". 

"si alguna cosa da valor a la vida es la contemplación de la belleza absoluta.[...] ¿Qué pensar de un mortal a quien le fuera dado contemplar la belleza pura, simple y sin mezcla, no revestida de carne, de colres luminosos ni de todas las otras vanidades pereceeras, sin la belleza divina misma?". 


"Los ojos del espíritu no empiezan a ver con claridad hasta la época en que los del cuerpo se debilitan".