HUXLEY dedicó un artículo a la selección de libros que haría
si su biblioteca ardiera una noche. Me he parado pensar en ello, pues creo que
hay verdad cuando llegan los límites. Huxley nombra a Homero, a Dante, a Shakespeare, a Donne, a Eliot, a Tolstói, a Balzac, a Stendhal, Bouvard y pecuchet de
Flaubert, a Montaigne, a Pascal, ...todo ello para plantear una pregunta final a
esta selección: ¿Qué nutre mi mente? Una buena colección de libros”. A la vista de los autores seleccionados, termino por pensar que la Literatura siempre ha sido una para que el ha tenido ojos y para el que visto desde fuera de sí.
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Puede que estas notas no sean más que caprichos, pero estos
caprichos van perdurando demasiado en el tiempo y en esta vida. Se acumulan por
necesarios y el encuentro que me provoca el acto de escribir cada día me hace
someterme a una disciplina que ya ha perdido todo halo de cerrazón. Es pura
libertad, pura alegría escribir a pesar de que uno tenga consciencia plena de
la poca altura y de la peor armonía de las letras.
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He soñado con un inmenso campo de trigo. A través de sus
espigas he rodado mi mano suavemente, con la lentitud del aire, con la suavidad
del alma. He paseado las palmas de mis manos por las crestas de los trigos, las
he peinado al viento con el sutil magma de mi inocencia. Y me he contemplado
insuficiente, me he creído, de una vez por todas, minúscula espiga entre la
inmensidad.
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No hay nada más ancestral en el hombre que la memoria.
Platón hizo de la memoria la forma de conocimiento. Por esto escribo hoy que la
música provoca la revelación de la memoria en el espíritu como ninguna otra
disciplina.
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El mejor poema de Cernuda, con total diferencia del resto,
es el que comienza Si el hombre pudiera
decir lo que ama…
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Algunas noches me quedo en la azotea de la casa contemplando
el cielo, llenándome de noche. Me sitúo en las orillas del cosmos, ante las
constelaciones. Es el preciso instante en que la medida de mi espíritu toma
consciencia. Una miniatura quieta, una fugaz melancolía. Y a todo esto, en esta
noche de insuficiencia, El clave bien
temperado, de Bach, para reconciliar al hombre con el hombre, al hombre con
el cosmos.