miércoles, 31 de octubre de 2012

ES cierto que Montaigne alzó las vicisitudes del yo por enima de las endebles prosificaciones de la vanidad; hizo de la experiencia personal la materia de la ficción, de lo vivido lo escrito. Pero no podemos olvidar que la Commedia, de Dante, es toda ella, una expresión en primera persona. jamás se aleja de este artificio gramatical que, cuanto más lo pienso, más aproxima a Dante al centro. Cuanto más cercano al fin de su trayecto, más turbado, cuanta más claridad poseía sus jos, más osucridad en el alma.
estas lecciones van más allá de la mera ficción, sobrepasan la experiencia lectora y llegan a razonar lo que nos sucede en la vida. Paul Valéry: " Las palabras forman parte de nosotros más que los nervios. Noconocemos nuestro cerebro sino de oídas".  

***  

De un tiempo a esta parte no soy puesto que no he escrito nada como ser. Han sido todo minucias, arrebolados pintajos de poca importancia. No he sido, pues no he escrito. La memoria de ese inexistencia ha despabilado la manía de ser, de escribir y, sobre todo, de leer. Parece que uno viviera de soslayo, demediado, la mayor parte de sus días y que, tan solo en algunas momentos, el ser se manifestara plenamente o, al menos, lo que recordamos de esa manifestación. ¿Cómo fue? No lo ecuerdo. ¿Volverá a estar? No depende de mí, de este que se enrosca en sus torpes obsesiones. No sé ser, no sé escribir.  Tan solo aspiro a leer.   





lunes, 29 de octubre de 2012

ÁCRONO, el centro es ácrono; en sus aires los adverbios se desustancian. Búsqueda, movimiento teleológico; como Platón, unidad inmóvil;  y celeste deseo, como el Renacimiento en Florencia. Una ciudad de azules y de melancolías, caída en el cuerpo del mármol prendido. 

*** 

ME llega un libro de A.G.L. y del pintor Tosar Granados. Es una deliciosa edición de Ediciones del Centro. Se titula Cineraria y la pintura comparte espacio con los versos del poeta de Rota. En esta ocasión, los poemas presentan un afán de brevedad y de conmoción que me sorprende. Poemas breves, pero dirigidos a la esencia. Debe ser que la senectud es el estado de la concordancia con la palabra justa:

La boca cierra para siempre y calla,
y entrégale al silencio tu impostura
sintiéndote feliz en cuanto eres:
cálamo de indigente y luz mendiga
que nunca historia habrá, fortuna nunca.  




domingo, 28 de octubre de 2012

NO deberían escandalizarse los que ven cómo los premios literarios y todas esas tropelías montadas alrededor de la literatura dan muestras, en ocasiones, públicas, de su naturaleza. Algunos de los miembros del jurado aparecen después en los medios de comunicación opinando sobre la ética y la moral de los políticos y tiene uno que envainarse la opinión, porque no merece más que unas líneas, como estas, de mero testimonio de la gran miseria y de las pestitelentes manos de los que quieren agarrar las algarabías poeticas. 
 

La mañana, esplendorosa. Parecía cargada de melancolía. E. no ha querido que podamos disfrutar del descanso, así que me he puesto a leer. Leer es la actividad más ética y moral de un literato.


Unos fragmentos del Diario de Kafka y otros tantos de Libro del desasosiego, de Pessoa.Subrayo, escribo la lectura, vuelvo a subrayar.  Sespués, algunos poemas de Novalis.Vuelvo a escribir. Para terminar este ciclo pienso en Cervantes, pero termino en Thomas Mann. Leopardi y Montaigne afilan el alba. Montaigne trae la luz de la mañana.   



viernes, 26 de octubre de 2012

TODO lector siente que su lectura está insuflada por otra voz que lo posee.

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Creer en todo y con fidelidad. Pensar en todo y en la búsqueda, aunque conozcamos los derrumbes.

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 En ese espacio de sueños y delirios puede hallarse la luminosidad.

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Hölderlin en la ventana que daba al Neckar, ¿no fue acaso un individuo que contuvo a todos los individuos? ¿No fue su locura la razón más luminosa de los cuerdos?

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Los antiguos: coincidentia oppositorum




jueves, 25 de octubre de 2012

CARO amico, San Jerónimo le escribió a san Eustaquio: "Plango me no esse quod fuerim", echo de menos no ser lo que fui. 

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Empédocles, en "Metamorofosis": "Pues yo ya he sido antaño..."

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Notas sueltas de una tarde otoño:

-"las prisiones de su tiempo, de la vida...".

-"extraño a los otros y a mí mismo".

-"la espera infinita".

-Barthes: "leer es queres ser la obra, desear se la obra".

-Barthes: "escribir es organizar,es pensar".

-"Novalis: "toda la naturaleza tiene vida y alma".

-"la soledad y la tiniebla".

-Platón: "la oralidad permite cambiar las tesis; aspira, por tanto, a la pura democracia y al acecho de la verdad. 

-La obra literaria debe contener sus marros y estos deben ser admitidos por el escritor. la palabra establece la configuración de una verdad, pero debe ser repensada en su nueva materialidad, la palabra. 

-Puede que la palabra y el pensamiento armonizados no terminen siendo uno.

- En la tragedia, el relámpago es el mensajero.

-"la invención humana". 

-E. me ha traído y me ha descubierto de nuevo el mundo, pues lo miro de forma distinta.  

miércoles, 24 de octubre de 2012

SIN ser prolijo, ofrezco unas palabras sobre C.A.M., sobre de su vertiente como poeta y escritor. Para ello, utilizo, enredadas en el discurso, unas palabras de Píndaro, de Platón y de Montaigne. Cuando terminó su exposición sobre A.C., estuvimos hablando durante un tiempo sobre literatura. Mencionó a Virgilio y a Dante. En ese diálogo me dijo que nunca nadie había dicho nada de Platón y la doxa siendo el congreso sobre heterodoxos. Le hablo del Menón, del Teeteto y de la República. Termino con la sentencia de Montaigne: Fortis imaginatio generat casum. Le repito que la literatura es un acontecimiento del ser.

Recojo mi cuaderno, comienza la algarabía de allegados, de firmas, de falsos paseando por delante del personaje, de felicitaciones igualmente impostadas de muchos asistentes. Voy quedando al margen, en ese deseoso margen de silencios y verdades. Me voy perdiendo entre la multitud, casi no me despido, me voy haciendo invisible hasta que desaparezco mientras susurro la sentencia de Montaigne entre el griterío.    

martes, 23 de octubre de 2012

QUIÉN iba a decirme que pasarían unos años de actividad continuada y de que acumuluaría más de mil quinientos textos en un diario. Ha pasado más de un lustro desde que comencé a expresar -porque crear es otra cuestión- la vida y la literatura en un diario. Ese diario sigue siendo un trópico en que se cruzan la vida y la literatura y en el que, a fuerza de mixturas, todo va entrando en una confusión cíclica y enorme. Pareciera que me acerco a un umbral de piedra.

Cada cierto tiempo me invade la nostalgia de estar callado como si, en esa ciscunstancia, me hallara más pleno y fuera más riguroso con la fidelidad literaria. Aun así, no logro evitar que, tras la lectura de un pasaje verdadero o de un suceso en los días que llegue a turbarme, deba expresarlo por lo menudo en estas páginas recónditas. Porque bien visto y a pesar del mundo tecnológico, la soledad es la misma, la existencia social de estos textos es casi inexistente, aunque crean los vanidosos que tienen  seguidores, lectores, fieles. 
Nada de eso se encuentra en la literatura ni debería esperarse. Tan solo la pulsión profunda e inadvertida, desde su origen, por expresar, porque crear es otra cuestión. 

Sentía la necesidad de escribir unas líneas dedicadas a esto mismo que leo en casa junto a E. Ella se preguntará qué hizo que yo escribiera esos texto y que siguiera escribiéndolos junto a poemas, cada vez menos, y semblanzas o palabras eventuales sobre algunos autores admirados y queridos. Si he aprendido alguna cosa es que la lectura es igualmente un acto de fe, una fidelidad en la misma materia que debe azuzar al escritor. Es un territorio compartido y vivido casi de la misma manera, de forma complementaria y consustancial. 

Ser lector virtuoso, para la mayoría de los allegados al mundo literario, no es ninguna virtud, tan solo una condición necesaria para mostrarse en público o poder acudir a una capilla literaria de autoelogios y autoengaños. En esos cenáculos sí he callado siempre, siempre he estado en silencio casi absoluto. Y de ello me siento satisfecho, pues no volqué la palabra en vanidades ni en prebendas que detonaban falsas ilusiones.
El silencio como axioma de la voz más sonora y expandida. 
Vivir es respirar el mundo, situarse con su cuerpo en el centro junto al alma y, como decía, Séneca, buscar así la mortalidad. Quizás, desde la consciencia demediada de lo mortal, del estado de vigilia del mortal, pudiera uno advertir el eco de sus pasos en la tierra o de sus sílabas en el idioma. 
 
C.A.M. me trae la compañía de  Séneca, Libro IV, epístola 58 a Lucilio: "El alma sale del cuerpo y hemos de investigar si puede ser mortal".

lunes, 22 de octubre de 2012


COMO se recuerda en la Eneida, la sibila de Cumas, -que era inspirada por Apolo-, guió por el infierno a Eneas. De la misma forma, Ovidio narra el pasaje en Metamorfosis. Por su parte, Miguel Ángel guardó nada más y nada menos que en la Capilla Sixtina un lugar de privilegio para la adivina.
Más allá de la trascendencia del personaje, me interesa su iniciación, pues como guía del Hades, debió haber descendido y conocido los ritos iniciáticos de renovación. Lo mismo que Orfeo, el gran conocimiento cifrado, velado a lo inmediato, es el trayecto de los pasos de vuelta a la vida desde donde nunca nadie había regresado. Los pasos en la tierra de la incomprensión, por donde no pertenece el hombre de forma natural.
desde la oscuridad hacia la luz guiado por la fidelidad y el amor. Los límites de conocimiento humanos desbrozados en la profundidad. pasos, métrica del esqueleto, armonías, círculos, laberintos, voces a lo lejos advirtiendo de las sombras, 
Con esta interpretación, me voy confeccionando un entendimiento, ya que en estos sucesos están implicados Apolo y Orfeo más la presencia oracular de la Sibila.Podría decirse que son las tres piezas fundamentales del origen: poesía, música y misterio.    

*** 

"NO cito a los demás sino para expresarme  mejor a mí mismo", escribió mi amado Montaigne en sus Ensayos, concretamente en  "De la educación de los hijos". 

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INTRINCADA sentencia de Valèry: "Mi inspiración no es verbal". Cercano a la revelación oracular de la Sibila, Valèry lucha por desligarse de las asociaciones entre palabra y realidad. Es una lucha permanente en sus Cahiers: el mundo y la palabra. ¿Es el mundo solo la palabra? No lo creo así. La música está cercana al raciocinio luminoso mucho más que la palabra. La música es materia de la razón luminosa, mientras que la palabra trata de ser figuración de la misma. Solo en la música se puede producir un acorde que ocurre polifónicamente en el tiempo y en el ritmo, el espacio del arte. 
El escritor francés quiso aclarara que el impulso primerizo de la creación pertenece a otra circunstancia que, si bien ocurre en la mente del creador, es de difícil explicación. Si la tiene, no es desde luego verbal: pareciera, más bien, una danza interna, musical, verbalmente transparente, pero tan rotunda y llena de claridad. 

domingo, 21 de octubre de 2012

NO suelo traer aquí asuntos rutinarios del trabajo como profesor, pero este curso me encanta mi trabajo, pues me he convertido en un eventual profesor de Latín. Los alumnos me ven entrar, cada día, con una sonrisa en la boca y cargado con diccionarios y textos latinos. Aparece porque no hay sesión en que no reluzcan unas palabras de Tito Livio, unos versos de Ovidio o un apotegma de Cicerón. Cuánta sabiduría acumulada en los antiguos sin ser advertida por los modernos. En ellos, como en Platón y Aristóteles, está todo y todos los límites.  Esta semana, por ejemplo, he llevado un texto de Montaigne y les he leído algunos pasajes de los Ensayos. .
Lo mejor de la situación es que la materia se tiene como una optativa que poco importa y a nadie interesa más que aprueben los alumnos. De esta forma, me veo alejado de protocolos, requerimientos y bobadas sobrantes que siempre fustigan el deleite. Leímos un fragmento de Séneca que venía a decir: "La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy" y los alumnos emprendieron un diálogo intenso sobre el asunto.La antigüedad, puesta al descubierto y sacudida del polvo de los que creen saber de ella sin vivirla, impulsa a los espíritus hacia una esencia y una verdad que es origen.



sábado, 20 de octubre de 2012

HA SONADO Beethoven en el cielo de la mañana. La versión de Giuliani, con los fraseos parangonables a un crepúsculo cayendo hacia dentro, me demuestra que en el arte existe una conexión interna, profundamente interna, entre los creadores y los transmisores.Cuando se produce esa conexión, la obra alcanza una dimensión insospechada.En la música, la heterodoxia es el axioma. 
Me pregunto cómo sucede esto en la lectura y resuelvo el asunto creyendo que si el acto de creación se produce en soledad, el de recreación es, así mismo, soledad pura. El lector, resguardado del mundo, arrinconado por las fuerzas telúricas de la palabra, se deleita en soledad. Y su expresión, más allá de anotaciones y subrayados, es el silencio sonoro en su interior.
Es así como escribir la lectura lo concibo como la interpretación, o mejor, el canto con  aquellos textos armónicos a los que puedo dar una respuesta verbal establecida desde la bóveda de mí mismo. O, en mejor decir, dejando de ser yo mismo al dictado de esas letras, pues tengo por seguro que cuando el lector está acogiendo la palabra poética (que incluye a la prosística) deja de ser él para ser él más que nunca. Se convierte en un corifeo en que su palabra es arrastrada por el fluido de las voces plurales. Así, la voz se hace indidtinguible y se mixtura con la del creador en un diálogo, en la forma en que Platón concebía el bien para el hombre. Cuand se produce, comienzan las mayúsculas: Justicia, Bien, Belleza y Amor, términos que traslucen en la obra poética la dimesnión inmarcesible de un texto por siempre para los hombres. 

***  
 
DECLARA Alfonso X, en la ley XI de las Partidas, que el saber y el querer saber están ligados a la naturaleza del hombre. Así, en el deseo de razonar el mundo y su realidad, en el afán de pensamiento y de actuación a partir del mismo, afirma el ínclito rey: "sabiduría, segunt dixieron los sabios, faze venir a omne a acabamiento de todas las cosas que ha sabor de fazer e de acabar". Qué directriz tan diáfana y tan certera sobre la naturaleza del saber en los hombres. Me recuerda a lo que Leopardi dice en Zibaldone e, incluso, a lo que leí, antes de entrar en la noche, de Novalis en el poema "Astralis:

"La señal del origen marca a todos los seres,
cada cual sueña y se entrega al poder del verbo;
la gran alma universal
por doquier vive y se expande".

Las palabras de Alfonso X se dirigían a ese espacio compartido y connatural de los hombres que ceden su espíritu para establecer el espíritu de la especie.Una señal, una marca perenne para todos y no siempre en los hombres individuales.  

*** 

Y Novalis, en ese mismo poema, -magisterio para el lector-, escribe:

"todo debe encontrarse con el otro,
[...]
así puede refrescarse el ser
y abrir su pensamiento a novedades infinitas"

 

viernes, 19 de octubre de 2012


“SOSTENGONO come indubitato che l´uomo è perfettible. Vale a dire ch´egli può perfezionare se stesso, perfezionar l´opera della natura. Considerate il sistema materiale del mondo, tanto nelle minime che nelle massime cose, tanto nell´organizzazione di un animale appena visible, quanto nell´ordine dgli astri, e voi trovere da per tutto un artifizio, una sapienza, una maestria tale, che non se solamente non si può perfezionar nulla di quanto la natura ha fatto, non solamente non vi si può nè aggiungere nè levarne cosa alcuna, nè alterare in nessun modo senza guastare, ma quando anche noi avessimo quella stessa potenza di fare che ha avuto la natura, non c´è uomo d´ingegno così sottile e profondo e sublime, che fosse capce, non dico di condurre a termine, ma di concepir solamente un piano così magistrale, così minuto, così strettamente legato insime e corrispondente, cos`perfetto in ogni menomissima parte, come quello che vediamo esegutio dalla natura”.
Zibaldone di pensieri, de Leopardi, ofrece, las más de las veces, fragmentos de este calado. Hemos estado, con M.C., traduciendo el texto: su enrevesada sintaxis, la repetición ideas añadiendo matices, los paralelismos, los juegos de ingenio, el pensamiento ajustado a una palabra que lo soporta con la naturaleza justa. He decidido transcribirlo al cuaderno así, en italiano, pues su música, traducida al español, es música de un idioma; pero así escrito, en su lengua original es música del ser.  

jueves, 18 de octubre de 2012



AFIRMABA Ovidio que los romanos leían el Libro IV, de Eneida, de corpore toto, con los cinco sentidos aplicados sobre el texto. Es esta una metáfora de la propia vida, ya que un texto literario es plurisignificativo por naturaleza, inagotable fuente de sugerencias y de espacios cerrados a la lectura inmediata. En eso consiste la madurez, en una lectura lenta de la vida. Claro que los hombres se dan cuenta de que son humanos cuando van a perecer.
 Después de leer el fragmento de Dido y Eneas transformado por Virgilio, sucede que la intuición me lleva a Novalis. Cuando comienzo a leer el primer Himno a la noche , me cercioro de que exactamente esta es la literatura: los hallazgos cotidianos que traen lo perpetuo a la mesa.  Escribe retóricamente Novalis:
“¿Qué ser vivo, dotado de sentidos, no ama por encima de todas las maravillas del espacio circundante, a la luz jubilosa –con sus  colores, sus rayos y sus ondas, dulce omnipresencia al despuntar el alba?”

Continúo con algunas Elegías de Propercio. Ello me lleva a pensar sobre lo que llamo la heterodoxia transparente, esto es, a los autores que han profesado la heterodoxia desde el pensamiento, sin afán alguno de mostrar una sintaxis manifiestamente truncada y desposeída de las convenciones al uso. Esa heterodoxia es parcial, pues lleva al vacío mayor para un poeta o un escritor: la falta de pensamiento en sus letras.
Sin embargo, Garcilaso es un heterodoxo transparente, profundamente transparente, como lo fue fray Luis o el mismo Cervantes, ejemplo supremo, este último, de heterodoxia traslúcida. Creo que a los transgresores, en las letras actuales, se les confunde con los experimentadores que siempre han existido y que pocas veces han perdurado.  
Dejando para otro momento este asunto, sigo leyendo un verso de Propercio que ocupa buena parte de la madrugada; con él inundo el collado desierto de las musas.  

Nudus Amor formae non amat artificem

Un poema de Francisco de Rioja cierre la noche antes de que la aurora tome posesión del mundo. Es un poema titulado “A la arrebolera” y encierra una profunda suerte de reflexión metafísica: el hombre circunscribe su felicidad a no sobrepasar los límites fijados por naturaleza. Los versos que más valoro son los siguientes:

[…]
“Tú las divinas sienes
ciñes de la callada noche oscura”,
[…]

El poeta es un heterodoxo de los significados de la noche: en ella habita sin consciencia, en ella desprende su aroma como una mirabilis. Leo en la noche de corpore toto, entregando los sentidos a los límites de naturaleza, pero no hallo aún la felicidad de la palabra, solo el aroma del amor tal y como lo anunciaba Platón, ¿existe la palabra de la noche, la alcanzaré en alguna aurora?

miércoles, 17 de octubre de 2012

FRENTE a la vida. Esta mañana paseaba en bicicleta por el camino de Morabita. Era temprano y las lomas estaban soportando el frescor de la madrugada; era ya la tierra humedad purificada. Estaba tan solo en aquellos recovecos de la parras, tan solo y en plenitud, que me paré en un rellano a respirar. Respirar, inspirar...desde el centro. 
Llevaba una libreta en un bolsito que cuelga de la bicicleta. Comencé a escribir en él con el sonido hueco del sol recogiendo sus alas en mi rostro. Respirar, escribía, frente a la vida. Pureza, escribía, frente a la vida. Verdad, escribía, frente a la vida. La poesía no es una forma de vivir, es la vida misma, escribía. Eso no pueden aprehenderlo los que tratan de vivir con el conchaveo de reseñas, notas, publicaciones, revistas y minucias varias, escribía. Vivir, escribir, respirar, escribía, frente a la vida, en la vida misma.

martes, 16 de octubre de 2012

PARA la caminata de esta tarde con E. escogí un libro numinoso. Lo hice para que amparara nuestros pasos cuando la tarde estaba tomando un gris turneriano. Era un cielo inconmensurable, pues su infinitud sobrecogía. Llevaba unos días leyéndolo de madrugada y me faltaba solo unas páginas para acabarlo; quise finiquitar la emoción junto a E.    
El volumen ha sido una revelación que, en muchos aspectos, vienen a coincidir con lo que uno ha escrito hasta entonces, pues Walter F.Otto, en Las Musas, afirma: "La poesía es la lengua materna del género humano". 
Eso supone una vuelta a los orígenes, pero no a los que han querido trazar los libros de historia y la bibliografía, sino la que responde a la especie humana: nuestro origen esencial, que es quizás el centro del que nos apartamos irremediablemente, pero al que debemos volver irremediablemente. Esa lengua materna es música en su origen, en su franja predecesora: " Solo cuando hayamos comprendido la lengua como música podremos aproximarnos a la pregunta acerca de qué ha significado esta clase especial [la poesía] de música". 
La palabra, la palabra originaria y central, que dota al mundo de sentido para el hombre, esa es la palabra poética. Un sentido transgresor y misterioso, que pertenece a la razón luminosa del mundo y el cosmos. Como advierte Otto: "el hombre tiene el sentimiento vago de tocar con la palabra la existencia misma".
Y, entre todas, la poesía quizás se alce como la existencia más profunda y colectiva, la que resguarda un decir musical, armonizado en un canto que resuena cada vez y siempre, pues "el canto y el habla deben pues tener su razón en la necesidad de entendimiento de índole superior". En la poesía verdadera resuenan cantos de conocimiento vivo. 


sábado, 13 de octubre de 2012

EL otoño comienza a posarse en la piel de los árboles y a refrescar el terruño. Esta noche de insomnio y desvelos, estuve leyendo a Kavafis. En un poema titulado Contemple tanto leemos:

"Contemplé tanto la belleza
que mi visión le pertenece" [...]

Son poemas transidos de una delicada apreciación sobre personajes históricos y ficticios del mundo heleno en su mayoría. Sin embargo, no hay en los poemas esa erudición y socarronería de otros poetas que tratan de ligarse al mundo antiguo mostrando más sus conocimientos y aparentes juegos eruditos que la esencia del mismo. Qué si no muestra este breve pero enorme poema titulado "Fui": 

Nada me retuvo. Me liberé y fui. 
Hacia placeres que estaban 
tanto en la realidad como en mi ser,
a través de la noche iluminada. 
Y bebí un vino fuerte, como 
como solo los audaces beben el placer. 

La "realidad" y el "ser", la "noche iluminada", el "vino fuerte", el "placer"...palabras todas simbólicas que entroncan con la tradición más antigua y, al tiempo, con la recuperación más moderna. El canto de Kavafis, en estos poemas cuyo tejido semántico se enrosca, se eleva y se evade pues pretende volver al origen que tanto amo y tanto anhelo. 




viernes, 12 de octubre de 2012

LA rutina en la escritura vale para poco, pue siempre comienza uno como si nunca hubiera escrito nada antes. La rutina es un sedimento que va engrosando una parte oculta del escritor, una zona que puede que jamás aparezca en el devenir de la escritura diaria. No es cuestión de hánitos ni de fórmulas ni de tablas como dicen algunos; pertenece a otra naturaleza la escritura, sobre todo la poesía. A una cuestión que se escapoa a la razón ordinaria y superficial de los que se sienten poetas a cada paso, cada tarde, cada día de sus vidas. O quizás escribir no es un hábito sino un trabajo, una labor de minucias y galaxias. 
Quiero decir con esto que, con el tiempo, aquella frase de Tito Livio, en Ab urbe condita, XXV, 35,  que traduje en una clase de latín, hace ya algunos años, y que me acompña en el libreta, va encarnando quizás el sentido de este trópico incesante: "Consuetidine leuior est labor". 

jueves, 11 de octubre de 2012


HOY recuerdo que aquella noche habíamos cenado en el Restaurante Polidor, junto a una familia que se mostraba señorial y educada. Si mal no recuerdo, fue un pollo guisado y unas viandas lo que consumimos los cuatro en aquellas mesas corridas, parecidas a un merendero señorial, cerca del Barrio Latino, en París. Habíamos hablado de Cortázar, del inicio de 62, modelo para armar; del castillo sangriento y el mantel de cuadros rojos. Nosotros mismos esperábamos que apareciera don Julio por aquel lugar con su altura y su pómulos de aires cubistas. Por aquel entonces quisimos encarnar el grupo o el club de la culebra. Habíamos paseado por Pere Lachaise y por Montmartre; nuestros pasos aún retumbaban por el suelo de Montparnasse. 
Aquella amistad comenzó nacida de la literatura, fue lo que nos hizo encontrarnos en la vida, lo que provocó que se cruzaran nuestras trayectorias.  No son todos los de entonces, pero nosotros seguimos, ahora con E., buscando aquellos reflejos que nos entusiasmaban, aquellos diálogos enfervorizados, aquellas muestras de fraternidad por la literatura. Había una verdad rotunda en todo aquello, una verdad que sigue palpitando cada vez que nos encontramos y que justifica los días y los mundos.  

miércoles, 10 de octubre de 2012

LA vida de un hombre pasará inadvertida al resto de los hombres. Será como un poema escrito en una hoja suelta, apilada en un cuaderno de tapas invisibles. Paseo en la mañana y pienso en todo ello, en lo perecedero, en lo fugaz, en los sucesivo, como la verdadera esencia de nuestras vidas. No cabe la reflexión, pues somos eso mismo, esa misma condición que se piensa triunfante ante la vida. Solo podemos explorar esa sustancia inadvertida a los ojos, aunque la mañana y la noche vengan a confundirnos. Somos noche perpetua, sombra aletargada, insonoro sentir de un individuo. 

*** 
RECUERDA C.A.M. el lieder que Goethe escribió para Schubert, "Canción nocturna del caminante". Solo puedo responder con algunos versos que ese poema me ha incitado a escribir después de algunos meses. Son apuntes, remiendos, retales, pero ¿qué poema no termina siendo un esbozo de otro poema que jamás escribiremos más que en el sueño de la noche?


UNA calma, en el centro
del bosque. Las colinas
y el canto de los pájaros.
Los cadenciosos vuelos
de la tierra silente. 
Tú mismo, con la noche,
caminando en un sueño
de versos incumplidos.  


martes, 9 de octubre de 2012


UNA intimidad sin figura, una ensoñación celeste. Como una navegación sin rumbo, precipitada a una deriva gozosa, así la poesía. La poesía conlleva movimientos cíclicos, parecidos a la ensoñación, que nos apartan y nos acercan, nos hacen plenos o nos sacuden en la miserable condición humana. Esa trayectoria, en cualquier caso, debe ser íntima, poderosamente íntima y quedar sujeta al espíritu del individuo que la soporta. Los demás no deben interferir en esa creencia, en esa sucesión incognoscible de la razón y los motivos. Como escribe M.Z.: “El vacío es el lugar del yo. […] Ensueño es intimidad sin tiempo”. 

***  
PERMANECER es un estado de vigilia completo, alejado de todo ruido y de toda premura sofocante. Como dice M.Z. "lo que precede a la palabra no es, pues, el grito, sino un cierto silencio al que corresponde una distancia y una tensión por parte del sujeto". Creo que esa tensión sacude al sujeto eventualmente y lo trastoca. provoca una metamorfosis del ser que renueva y ajusta lo permanente, lo indudable.  Puede tomarse como una afinación o rearmonización del alma con la memoria nutricia, la que dona la palabra luminosa. 



lunes, 8 de octubre de 2012

LA única falsedad del todo es la nada y la única mentira de la nada es el todo.

sábado, 6 de octubre de 2012

EL libro de C.A.M., Donde la eternidad envejece, estimula las ansias de escribir y de viajar. Sobre todo con las páginas dedicadas a Horacio y a Séneca y las que recorren los paisajes de Turín o las almibaradas callejuelas de Roma, tan repletas de eternidad lítica, tan colmadas de transeúntes perecederos, pero tan eterna, tanto. Así como las que añoran, desde Capri, embelesado por la soledad nutricia del mar, una explicación del origen de todo. Palabras orientadas a la esencia de los hombres, como sucede con Levi. Pequeñas sentencias veladas entre un texto que, aparentemente, pretende ofrecer cierta objetividad a lo narrado y que no se deja ensalzar por el reino del ego. 
Escribí narrar y debo una explicación por ello. Escribir es quizás el verbo para describir qué escritura utiliza C.A.M. en este libro que responde a lo que, en mi opinión, ofrece los frutos más perennes para la prosa: la prosa como la vida. Si bien es cierto que la poesía sucumbe al reglamento de la música, a las convenciones que, desde su origen, la han ido macerando hasta convertirla en el axioma de la expresión más profunda y misteriosa con elementos verbales, la prosa ha dejado de estar ligada a la narración del mundo: la prosa debe ser el mundo. 
Y así es en este libro, mundo y vida, la de un hombre solo, que resplandece en el lector ya que el material al que referencia su contenido es, como advierte el título, de eterna contemplación. Uno se imagina con sus pasos retumbando por las calles de Roma, por las calles milenarias de una ciudad que ha acogido, podríamos afirmar, a la humanidad por entero. Pues el solo paso de un hombre, una mirada condescendiente con la belleza acumulada en la urbe, con la disposición de la luz atravesando el dédalo de rincones y calles, vale para la humanidad. 

***
LA eternidad no es tiempo alguno, es estar siendo, no para el hombre, sino para la especie. El poeta o el escritor que aspira a ella, se está desprendiendo de sí mismo, y de todas sus minucias para ser plenamente otro. Un otro plural, polifónico, indescifrable. 

*** 

LA cita de otras voces, las palabras de otros traídas a la voz de uno, no son más que los ecos de lo humano volviendo a la bóveda profunda del origen. Las palabras que sobreviven en el espíritu de los hombres sucesivos son las palabras del espíritu común que nos hace humanos. A ellas debemos reverencia y a ellas deberíamos ligarnos con pasión y furor, pues están diciendo lo poco que fuimos y lo mucho que nos queda por ser.   


jueves, 4 de octubre de 2012

PERPETUADOS, como Sísifo, a levantar cada día la palabra contra el mundo para decir de nuevo el mundo.

Son teselas de un enorme mosaico los poemas del poeta; fragmentos que independizan una idea, que convierten las horas y los días vividos en pequeñas e inconexas verdades para el creador. Luego llega el lector y lo ve todo con la perspectiva adecuada: un enorme mosaico, con lagunas, con esquinas inconclusas, pero que, si fue verdadero, con destellos de misterios y belleza. 

Irrenunciable, la poesía es un estado irrenunciable, pero no se escoge. Nada más triste y paupérrimo que un poeta que se piensa poeta, que cree que él ha escogido el don de la ebriedad. Solo la humildad responde a las causas de la poesía; no hay en ella atisbo ni pujanza de la egolatría. Si eso es así, el poeta está imponiendo una tiranía que terminará por destruirlo a él mismo. Eso sucede en la mayoría de los poetas, sobre todo con los que creyeron, algún día, que la poesía les debe algo. 










miércoles, 3 de octubre de 2012


COMO un viaje sentimental o como una fábula de ensoñaciones, como el relato íntimo de una epopeya cuyos ecos y recuerdos albergan una vida múltiple y armónica o quizás como un vaivén del mar, un continuo estarse y serse en la misma estancia cambiante del cosmos. Una paradoja de continuo es todo esto, todo, la vida, las palabras...
Inventa uno la vida en un supuesto relato que va escribiendo en un diario o en un libro de poemas. Cada pieza de ese engranaje verbal parece querer sustraerse de los días de un solo individuo para alzarse en el reflejo de todos los individuos. Es el abismo de lo literario, lo que no alcanza explicación más que en el misterio. 
Quinto Horacio Flaco creando un espacio imaginario, Ovidio en los destierros pasionales, Virgilio mostrando la ceniza de la muerte en su frente rumbo a Brindisi, Dante brujuleando la eternidad concéntrica, san Juan de la Cruz silabeando las oscuridades del alma, Rilke encumbrado de ángeles, Juan Ramón Jiménez nombrando el infinito. Realidades encarnadas, pues fueron verbo y siguen siéndolo, realidades perdurables en que solo envejecen los hombres que las leen; realidades esenciales que muestran abiertamente el velo de la realidad más profunda y verídica. Es una atracción esa palabra, una atracción irrenunciable que sí conlleva a renunciar a las relaciones grupales y a las amistades literarias. Nada más que un hombre solo en el laberinto de Creta, nada más que un hombre solo sosteniendo el mundo con sus ojos y sonando un aulós. 






lunes, 1 de octubre de 2012

CON las palabras de Schelling toda la tarde, mientras el cielo tamizaba el horizonte con el halo de las estrellas futuras o con el sueño derramado de algún astro. Decía el poeta: "todo lo que hace el arte es suprimir lo que no es esencial, el tiempo". Es por ello por lo que la poesía ligada a las realidades eventuales, propias de un momento histórico, pertenecen desde el origen al olvido. Esa poesía que para sobrevivir trata de engañar a los lectores, la misma que utilizan los mediocres y pseudopoetas para socorrer su incapacidad para advertir la claridad, el centro, la esencia.

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AL leer las palabras de Baudelaire, me acuerdo de un poeta: 
"Que vengas del cielo o del infierno, qué importa
¡Oh, Belleza, monstruo inmenso, aterrador ingenuo!"