sábado, 8 de septiembre de 2012

DEBERÍA aprovechar mi estado febril, el malestar generalizado y la gastroenteritis aguda para establecer un paralelismo entre esta situación y la que me sacude cuando leo un libro que se anuncia de poemas y no llega ni a suero fisiológico. ¿Qué decir? Nada. ¿ Retortijones? Todos.  

*** 
UNOS versos de Leopardi que acaban de congraciarme con la costa napolitana y con Pompeya. Unas líneas de Schopenhauer, que es Platón y que, por tanto, es la esencia. Unas lineas de Scholem sobre la cábala, probablemente el laberinto que visitó Borges en sus sueños. Y unos párrafos de Doktor Faustus, la gran novela de Mann que tiene a la música y al arte como paradigmas de reflexión y que, de nuevo, es Schopenhauer y, por supuesto, Platón.