sábado, 25 de febrero de 2012


ESPERO que, al final del trayecto, pueda contemplar estos archipiélagos como una patria a la que llego y en la que no encuentro ningún atisbo de inmoralidad. En literatura, los términos platónicos encajan al igual que en cualquier otra manera de hacer vida. Y si bien el concepto de verdad puede que sea el más conflictivo, es cierto, igualmente, que existe una verdad estética y ética en cada escritor que cristaliza en un acto de fidelidad. Quiero decir que mientras uno se mantenga fiel y crédulo a esa verdad literaria que lo impulsa, estará, al menos, cumpliendo desde dentro. Que lo que se produzca tenga mayor o menor valor es cuestión que casi no nos pertenece.

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EL capítulo en que se narra cómo Leónidas alecciona a Alejandro: "sé parco con las cosas preciosas hasta ser dueño de las tierras que las producen".  ¿Qué tierra pertenece a lo poético; no es acaso la tierra del ser?