martes, 29 de marzo de 2011

Podría decirse que es la primera lectura a conciencia que realizo en una lengua que no es la española. No tengo en cuenta la lectura de poemas sueltos de Yeats, Eliot o Whitman, o ciertos textos aislados que hubieran llegado en lenguas antiguas, románicas o de otro pelaje. Con este libro de Joyce la cuestión es diferente, hay simbiosis. Será porque llevo unos meses con el estudio del idioma o porque necesitaba, precisamente, esa traslación a otro universo lingüístico por lo que comencé a leer hace una semana A Portrait of the Artist as a Young man, de Joyce. Es la primera vez que he conocido la satisfacción de la espera, pues este libro no podría haberse leído en otra lengua. La espera es el proceder del artista, pues su postura ante la realidad es de contemplación y sosiego.La experiencia está siendo fabulosa, excitante, porque me encuentro como un lector primerizo que tantea las palabras sopesándolas detenidamente, analizando sus sonidos, su sintaxis excéntrica, sus repeticiones semánticas. A portrait. Eso es lo que necesitaba, un retrato renovado de lo literario.

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Toda pira contiene los restos de un cuerpo difunto inorgánico, yacente. Es por eso, por lo que considero que todas estas páginas inorgánicas y hueras que va uno escribiendo, deberían terminar en una frondosa y espumosa pira. Colocaría dos monedas para el barquero, una en cada inválido sintagma. Para la poesía ni siquiera necesita uno las monedas pues el barquero es virtuoso y sabe, por la experiencia, tratar con los desafíos.

Un libro es una pira antes de ser escrito, una poderosa llama que se advierte en los adentros,- como las pinturas de Turner-, que se trasluce en la declinación de unas palabras fugitivas. Un libro de poemas es una renuncia, pero si además, uno tiene la conciencia de que los poemas son zafios y algunos indeseables, la conciencia percute insostenible. No hay cesárea para este trago.

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Uno de los capítulos que más me ha agradado del libro de Schama es el concerniente a Turner. Tengo ahora el recuerdo de la visita a la National Gallery, en Londres, este verano. El otro día le dije a R., a quien debo no pocas satisfacciones personales y el subterfugio para los días, que Turner fue un estallido en la sala cuando contemplamos su pintura entre el gentío. En la Tate ,cuando vimos La muerte sobre el caballo pálido, comprendí que se había producido un cambio en la concepción de su pintura y que, sin embargo, mantenía la ejecución, así como en Estudio para el saqueo de una gran mansión (Petworth).

Turner, sacudido por los males de la artritis y el asma, llegó a pintar un boceto que adquiere la categoría de obra artística, a saber, Desastre en el mar (El naufragio del “Anphitrite”), de 1835, una obra que ha quedado, como las esculturas de Miguel Ángel, apiadada por la fuerza que sigue brotando de los trazos primerizos. Esa pintura es una fascinación de la ceguera, es apología de lo visual, ensueño del mar que está en sí mismo, todo, es la geometría del color, el estallido de lo quejumbroso. Un cuadro que conecta con otro posterior, de 1840, titulado Barco de esclavos y que declara las intenciones primitivas de Turner: la denuncia política por la esclavitud. Como dice Schama, esa pintura nos ataca el nervio óptico. Y como escribo ahora, lo ataca y los subvierte.

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“Quien no tiene en alta estima a su maestro,/ quien no ama lo que para él es un espejo,/ pese a su inteligencia se hallará en gran extravío”, con estas palabras advierte el Tao de la importancia que reside en el aprecio de las virtudes de quienes pueden ser nuestros maestros. Así, he llegado a la conclusión de que hay que rechazar lo grandilocuente, lo extravagante. Con lo que dice este libro milenario tendríamos para estar pensando varias vidas: “Con la pura quietud se lleva la paz el mundo”. Esa paz es la que anida en las grandes obras del arte por muchos delirios que quieran presentar. La pintura es silencio, la poesía deviene de él, la escultura es quietud, la música convoca los inicios de la quietud y los vuelve a recoger en un haz de armoniosa trascendencia..

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